(Entrada reciclada del blog en el que trabajo de la e2i.He quitado un par de cosas que no venían a cuento de este blog, del post original)
Decíamos en otro post, que la innovación no puede ir separada de la investigación ni del desarrollo. De ahí que se usen las siglas I+D+i. Y para entender por qué, hay que saber de qué hablamos cuando decimos investigación.
¿Qué se entiende por Investigación? Normalmente a uno le viene a la cabeza un grupo de científicos de alguna universidad, trabajando en ciencia básica, sin aplicación directa en la sociedad ni en la tecnología. Es una imagen recurrente, que tenemos en España. Sin embargo, la investigación es imprescindible para avanzar tecnológicamente, pero suele necesitar un proceso más largo y una inversión de más riesgo que la innovación. Por eso, las empresas suelen ser más reticentes, y son los centros de investigación como las universidades, las que se dedican a ello.
Por otro lado, existen diferentes formas de investigación. Una forma puede ser investigación básica, entendiendo esto como que el objetivo de la misma es obtener mayor comprensión de un hecho o tema científico, sin aplicación clara o directa. El producto de esta investigación es la generación de conocimiento o de confirmación y establecimiento de teorías científicas que expliquen hechos.
Pero también existe lo que se podría llamar investigación aplicada (algo que tampoco es muy frecuente en las empresas españolas, por desgracia). En este tipo, encontramos la generación de prototipos, métodos o conocimiento con aplicación mucho más directa en la sociedad: investigación en componentes electrónicos para coches híbridos; desarrollo de software para control de robots; estudio sobre los efectos de una sustancia para obtener medicamentos. Los ejemplos son muchos, y este tipo de investigación es la que suele recaer en las empresas privadas, mejorando sus propios productos, y en ocasiones, dando resultados publicables en el mundo científico. Esta línea de trabajo es la que permite a los países cuyas empresas la emprenden, dominar el panorama científico-tecnológico, además del económico, ya que tener las patentes sobre nueva tecnología se transforma en ganancias económicas.
Pero en España, no se produce, en el mundo empresarial, ninguna de estas dos corrientes principales de investigación salvo en empresas o fundaciones especialmente grandes. Una buena forma para salir del mal estado económico que pasa el mundo en estos momentos, es comenzar a andar por esa senda, aumentando las ayudas en I+D+i, mejorando el acceso a esas ayudas, formando más personal técnico, matemáticos, físicos, biólogos, ingenieros, de manera que no falten trabajadores cualificados.
Porque sin investigación, la innovación se queda huérfana. Cuando hayamos dedicado todo nuestro esfuerzo en innovar y optimizar todos los procesos de las empresas, todas las técnicas de fabricación, llegaremos a un punto muerto. La innovación implica ideas nuevas para hacer cosas “viejas”, pero necesitamos también cosas nuevas, tecnología puntera, conocimiento aún por descubrir. Es ahí donde la innovación desarrollará todo su potencial.