¿Qué es Linux y para
qué sirve?
Linux es un sistema
operativo como puede serlo Windows. Es decir, es lo que hace que el
ordenador sirva para algo, que nos muestre gráficos en pantalla, que
abra las aplicaciones que le pedimos que abra, que lea un CD o un
disco duro. Es, en definitiva, la pieza básica para que un ordenador
sea algo más que un montón de chatarra.
Sirve para lo mismo que
Windows, en esencia. Que el ordenador funcione y nos sea útil.
Entonces, ¿por qué íbamos a cambiar a Linux si ya tenemos Windows
instalado en el ordenador según lo compramos? Esa es la clave:
aunque sirve para lo mismo, la filosofía detrás de cada uno de los
sistemas operativos y la forma misma de funcionar (a nivel
fundamental) son totalmente distintas.
En primer lugar, Linux
es un sistema de código abierto, o sea, que cualquiera puede
descargarse el código fuente original y modificarlo, estudiarlo o
cambiarlo como quiera. Esto, en principio, para el usuario medio de
un ordenador no sirve para nada. Hay que saber programar muy bien y
controlar mucho de informática para poder realizar cambios útiles
en ese código.
Sin embargo, eso de
código abierto también va asociado a otro concepto que es el de
software libre. Es una filosofía muy interesante que dejo como
enlace para aquél que quiera profundizar, pero como resumen diré
que hace que tengamos mucho software de calidad (programas, vaya)
disponible para nuestro ordenador con coste nulo. Además, permite
que existan grandes comunidades de gente que sabe mucho del mismo, y
que comparten conocimiento.
¿Y cómo llegué yo a
ese sistema? Hace mucho tiempo, instalé una versión de Linux
(distribuciones, en realidad) que se llamaba Slackware 96. Reconozco
que fue una experiencia frustrante y horrorosa, pero por dos motivos:
ni yo estaba preparado para ella ni el sistema era muy amigable aún
con el usuario medio de un ordenador. Sin embargo, hará cosa de 4
años, decidí volver a intentarlo ¿y por qué?
Pues porque hace ya un tiempo que
mi relación con Windows cambió radicalmente. Siempre he sabido que
muchas versiones de Windows han sido deficientes (Windows 95 fue
famoso por el “pantallazo azul” de marras) o no me han permitido
usar el ordenador y exprimirlo todo lo que me hubiese gustado o de la
forma en que me hubiese gustado, pero supongo que hará unos 4 años,
me cansé definitivamente. Todo fue culpa de Vista, algo que a mucha
gente no le sorprenderá. Resultó que, cansado de que mi ordenador
nuevecito no parase de apagarse y reiniciarse debido al
sobrecalentamiento, además de ir “demasiado” lento para el
cacharro que era, decidí instalar Linux y migrar definitivamente a
este sistema de software libre.
Imagen obtenida desde http://enclavederock.blogspot.com.es |
He de decir dos cosas
antes de continuar: cuando conseguí mi primer ordenador, era de los
pocos de mis amigos que aún no tenía uno, por lo que lo cogí con unas
ganas enormes de investigar y eso me quitó el “miedo” que mucha
gente siente ante la idea de modificar cosas en un ordenador,
formatear el disco y demás; la segunda cosa es que a mi tendencia
friki se unió un amigo de mi madre que era programador y le
encantaban estas cosas, que fue el que me inició en la programación
(algo que se quedó en el olvido hasta hace relativamente poco) y en
el mundo Linux (el intento frustrado con Slackware), pero tan
brevemente que seguí siendo usuario Windows. Aún así, esa
experiencia dejó poso.
La cosa es que
finalmente hice copias de seguridad, me descargué una distribución
(variaciones de Linux creadas por compañías, entidades o personas
distintas) de Ubuntu (la 8.algo) y lo instalé. Creo que hay pocas
cosas de las que pueda estar más contento de haber hecho. Ubuntu es
una distribución de Linux que tiene un entorno gráfico muy
intuitivo que permite a alguien que venga del lado de Windows
acostumbrarse fácilmente. Por otro lado, permite a quién le
interese, aprender y profundizar en la comprensión de los
ordenadores y de cómo funcionan, ya que sigue siendo un sistema
Linux al fin y al cabo. Además, tiene infinidad de programas para
todo tipo de necesidades, totalmente gratuitos, en la línea de la
filosofía del software libre. Tampoco quiero engañar a nadie, por
lo que diré que hay programas que a día de hoy no tienen un
equivalente en Linux que sea satisfactorio, pero hay opciones para
usar los programas de Windows en Linux. Algo más complicado, pero a
mí me merece la pena.
Entremos más en
detalle: ¿quién quiere esto del Linux, para qué, por qué? Bien,
pues hablaré de mi experiencia personal y que cada uno saque
conclusiones. Me cambié a Linux por eficiencia. Tenía, como digo,
un ordenador muy potente, pero me daba cuenta que con Windows Vista
estaba perdiendo esa potencia en tonterías gráficas (que se podían
desactivar, eso sí) y en una gestión deficiente de los recursos por
parte del software. Así que decidí probar Ubuntu para ver si era
cosa del sistema operativo o del ordenador en sí. Claramente era del
sistema operativo. Así que ahí estaba, con un sistema operativo
nuevo que debía aprender a usar y en el que, si algo salía mal, no
había servicio técnico detrás del teléfono para arreglar nada
(aunque nunca he llamado a un sitio de estos, solía meter mano yo
mismo).
No sé, No entiendo,
esto está roto
Lo primero que aprendí
es que prácticamente cualquier problema que un usuario medio pueda
tener, está resuelto en Internet. Tal cuál. Básicamente copias en
Google el error que te salga y aparecen foros y webs donde gente ha
tenido previamente ese problema y otra gente se ha dedicado a
resolverlo. Ahora bien, no se resuelve siempre instalando un parche
ni nada parecido, sino tecleando unos comandos en la consola (lo que
sería el MS-DOS, o cmd de Windows, pero en versión Linux). Eso da
un poco de miedo al principio, pero no supone ningún problema en
realidad. Es una bendición porque no tienes que esperar a que la
compañía de turno saque una actualización o un parche, ya que
algún genio de la informática o algún grupo de programadores han
resuelto el problema antes casi de que la gente se dé cuenta de que
existe. Obviamente puede pasar que no haya solución a ese problema,
pero lo cierto es que hasta la fecha, siempre he encontrado algún
tipo de solución, aunque sea temporal, a cualquier problema que he
encontrado. La mayoría de las veces, si a uno no le interesa saber
más porque el ordenador es una mera herramienta, puede limitarse a
seguir los pasos que vengan explicados para solucionar el problema.
Escritorio Ubuntu Imagen obtenida desde http://clubdelectores.ning.com |
El resto de programas y
el sistema operativo en sí, se puede manejar sencillamente, muy
parecido a Windows, con el ratón. Lo único que cambia es cómo
están organizados los menús y cosas así, pero es algo a lo que
cualquiera puede acostumbrarse en muy poco tiempo, además de ser
algo que todos tenemos que hacer cada vez que cambiamos de versión
de Windows. Si no, comparad cómo era W95 y cómo es W7.
Por otra parte, dentro
de la filosofía Linux, uno puede encontrar manuales gratuitos para
cualquier cosa que quiera hacer con su ordenador y con su sistema. Es
parte de la filosofía: compartir conocimiento. Y yo, que soy un
acaparador de conocimiento, tengo cientos de manuales en pdf que,
quizá, algún día consiga empollar antes de que se desfasen.
Por lo que ya quiera
programar, editar imágenes, hacer presentaciones o textos, configurar una
impresora o montar un servidor, encontrará exceso de información en
la red. Manuales, tutoriales, manuales cortos, avanzados, medios...
Así que uno puede pensar cómo es posible que Linux no sea de uso
común, con todas las ventajas que estoy enumerando. Pues vamos a
ver porqué Windows sigue usándose mayoritariamente y no así Linux.
Muy bonito, bueno y
barato, pero no funcionan los juegos
En realidad, el título de esta parte finnal no es cierto del todo. En Linux siempre ha habido juegos, quizá no grandes producciones ni triples A, pero siendo una comunidad tan grande con gente que sabe programar al más alto nivel, es obvio que los tiene que haber. Los problemas de este sistema operativo frente a Windows han sido siempre otros. Dejando de lado el monopolio que ejerció Microsoft durante los 90 (lo que llevó a los famosos juicios contra ellos en EEUU), algo que sólo una empresa privada y con una dirección única puede hacer, veremos qué pasa para que Linux apenas se conoca hasta ahora, que la cosa está cambiando.
Linux tiene, desde mi punto de vista, dos problemas principales: la, en principio, mayor complejidad en su uso, y el software propietario.
Respecto al primer problema, su mayor complejidad, se debe a una percepción asumida durante años. Linux se desarrolló en entornos de geeks de la informática, apasionados de la programación y profesionales. En principio, fue una sóla persona la que lo desarrolló (Linus Torvald, basándose si no me equivoco en UNIX, un sistema operativo antiguo, pero muy potente) y se fue desarrollando con los años, siempre con esa idea de ser un experimento, una forma de ver hasta dónde uno es capaz de llegar con sus propios conocimientos, dejando la sencillez de uso para un usuario medio como algo prescindible totalmente. Mientras tanto, Microsoft pasaba de MS-DOS y su línea de comandos (yo la adoraba) a los entornos gráficos, donde todo resultaba (a priori) más obvio y fácil de hacer. Hace tiempo que no es así y que usar Linux (depende de la distribución, eso sí) termina siendo tan sencillo como usar Windows o Mac
Respecto al software propietario, es decir, programas creados
por empresas (de forma que no hay código fuente disponible para que
nadie lo adapte ni lo mejore) que trabajan fundamentalmente para Windows, ya que
es allí donde se encuentra su público objetivo. Esto se resume en
videojuegos y programas de entretenimiento. También hay programas
profesionales tipo Photoshop o de edición de video que no se
encuentran en Linux, pero las opciones alternativas son bastante
potentes e interesantes (Gimp es el sustituto de Photoshop en Linux,
y creo que lo hace bastante bien).
Si embargo, últimamente se está
produciendo el efecto de migración. Mucha gente está comenzando a
usar Linux por diversos motivos, de forma que las compañías ven
mayores beneficios en este sistema operativo y deciden portar sus
programas para que sean compatibles. No podría establecer una causa
de porqué ahora está más gente pasándose a Linux. Sólo puedo
aportar los motivos personales que ya he comentado, así como el
hecho de que si tienes un ordenador antiguo, instalar una versión
reducida o más ligera de Linux, devolverá a la vida a ese ordenador
haciéndolo usable hoy en día. No en vano, tengo un Pentium II con
otra distribución de Linux, llamada Linux Mint Lite (lo de Lite
significa que es una versión ligera para ordenadores poco potentes),
y funciona muy bien... funcionaba hasta que se quemó la fuente de
alimentación, pero eso es otra historia.
Imagen de http://www.pixfans.com/los-mejores-juegos-para-linux/ |
Respecto a los
videojuegos y aplicaciones de video y demás, cada día la brecha es
menor. Recientemente se ha lanzado la plataforma Steam (de VALVE, los
del Half Life) para Linux, y cada vez más juegos (principalmente de
autor, para qué mentir) se lanzan con compatibilidad con este
sistema. Así que es de esperar que dentro de un cierto tiempo no
haga falta tener un Windows instalado para echar una partida.
En cualquier caso, y
por ir cerrando la entrada, mi opinión es que Linux es un sistema
muy interesante, divertido si te gusta frikear y con muchas ventajas.
Pero tampoco hay que ser extremista: en el portátil tengo Windows
por cuestiones de trabajo (y de juegos), y también me funciona bien
(sí que es cierto que lleva Win7, que me parece de los mejores
Windows que recuerdo). Hay que sacarle partido a cada sistema sin
enrocarse en una posición radical.
Si queréis probarlo, incluso sin instalar el sistema:
http://www.ubuntu.com/ubuntu
O bien, Linux Mint:
http://www.linuxmint.com/