Pocas veces un juego hecho en Flash me ha gustado tanto. No es difícil, no contiene acción, no presenta retos. Simplemente es bonito, ni siquiera el argumento queda claro. Pero apenas supone 10 minutos el pasarse el juego, y a mí, personalmente, me ha merecido la pena. Ir viendo cómo según vamos dando color al mundo de nuestra amada vamos perdiendo presencia corporal; poco a poco las cosas van adquiriendo vida, color, alegría. Una breve experiencia que resultará muy agradable. Por eso lo comparto aquí.
Os dejo un par de capturas de imagen más, para que veáis que es sencillo, pero bonito.
Y cuando ya consigues color para el mundo, haciéndole regalos a tu amada:
2 comentarios:
voy a ver, pero asi de primeras has sonado muy nenaza... sera el clima??
Jajajaja! Algo nenaza sí que ha sido, pero qué le vamos a hacer. Soy sensible también.
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