jueves, 17 de marzo de 2011

Tres años, y ya las tengo que despedir

Pues sí. Tres años conmigo, en momento que podríamos calificar de duros o complicados. Tres años durante los cuáles me han ayudado a no caer en el barro y a pisar enemigos cuando era necesario. Tres años divertidos, aunque duros. Hablo de mis botas de rugby.

Empecemos por el principio. Siempre me he lamentado de no hacer fútbol en césped, de no estar en un equipo. Pero no porque me gustase jugar, todo lo contrario. Sino porque me parecían geniales esas botas con tacos, que te daban un aire de profesionalidad. Nunca he tenido, claro. ¿Para qué? Por eso, aunque os parezca una tontería, me encantó llegar a rugby y que Capi me dijese: "Vete a comprar botas con tacos de aluminio. Serás delantero". Que nadie se confunda: en rugby un delantero no es el que corre y mete goles. Es el que trota cochineramente y mete hostias, que es mucho mejor. Así que necesitaba tacos que se clavasen bien, que agarrasen (y desgarrasen) el suelo. Más feliz que un niño me fui a por mis botas. Al Decathlon, claro, no fuese a ser que no me gustase eso del rugby (¡qué tontería!). Y creo que aquellos fueron los 15 € más rentables que he gastado nunca. He jugado la gran mayoría de partidos en estos 3 años, en un campo tan horroroso como Cantarranas (ver foto para hacerse una idea del patatal del que hablo), me han pisado, he pisado, a veces no podía desatar los cordones por el barro que llenaba las botas, varios cambios de tacos por el desgaste...

Y ese día no estaba tan mal el campo
Y aún así, han durado 3 años. No sé qué pasó, porque he visto cómo la gente tenía que comprarse botas cada año, en el mejor de los casos. Quizá ha sido mi fórmula personal de cuidado: lavar cada 2 meses, para que el cuero endurezca con el barro, pero no llegue a pudrirse. Porque los modelos de Decathlon no resistían demasiado... ni los de marca, que Cantarranas en un reto difícil para unas botas. Sin embargo, las mías no han tenido ni una grieta hasta este año.


Pero claro, este año tuvieron una... y eso fue suficiente para que "explotasen". Aún jugaron un último partido, en el que volvimos a ganar y en el que estuve fino, repartiendo con alegría y pisando sin miramientos. Mira tú, aún pisaron un poquito antes de jubilarse. Así que esta entrada es un homenaje a estos trozos de cuero con aluminio (ahora no llegan a botas, me temo). La mejor compra en toda mi vida... al menos de momento.


No podemos decir que se esmeren en cuidar el campo
Hoy estrenaré las nuevas, también de Decathlon, en un partido que preveo duro. A ver qué tal son. Aunque el aspecto que tienen es mucho más frágil que las otras... Esperemos que duren la mitad, al menos.

4 comentarios:

Migeru Kagotani dijo...

OOOHHH qué bonitas reflexiones de un delantero...
Qué haces para que te duren tanto!!!!??? Yo voy a botas por año, aprox....

G de Galleta dijo...

Pues eso, lavar cada 2 meses, para que endurezcan pero no pudran. Jejeje

Vampiria dijo...

Jajaja, las mías han durado también 3 años y del decathlon, ahora me veo en la tesitura de buscarles sustitución después de tanta tralla y porque no decirlo, absoluta negligencia en su cuidado (iban las pobres al botero con el barro y la hierba tal cual).Pues ya puestos hacerlo bien, estoy buscando unas nuevas de marca (que parece que esto del rugby me gusta)¡pero que complicado para una hooker! a ver si encuentro mi nuevo par y pronto están en mis manos, que nuestro equipo tiene una agenda muy apretada, ¡y yo sin botas!
Un saludo, delantero, de una 2 del femenino de rugby Malaga

PS: no creí nunca que unas botas usadas tuviesen tan bonito epitafio

G de Galleta dijo...

Gracias :) También fui talonador en su momento, así que espero que tus botas resistan lo que les espera ;)