Hace tiempo ya que G había terminado este libro, y no lo había quitado siquiera de la sección de libros que se está leyendo. Pero ya sabéis lo rápido que pasa todo (y si no leeros la entrada anterior De la Rapidez de las Cosas) ... Según creo G no tenía intención de hacer un resumen del libro, pero en vista de que en La Cochiquera está el dios Odín haciéndolo, ¡quizá así G y yo cojamos la costumbre de llevar esto al día!
Pues seré yo el que escriba esto (en realidad siempre lo escribo yo, porque parece que los alter ego, de informática van pez). Así que vamos a por ello:
en este libro, básicamente se plantea si realmente sería posible diseñar una inteligencia artificial con nuestra tecnología y conocimientos, tal y como pregonan muchas voces. Aquí, el amigo Penrose, demuestra porqué forma parte de la plantilla del Dream Team de la liguilla de la ciencia actual: propone que con la matemática algorítmica (si amigos, esto es "divulgación" dura) no podríamos reproducir el funcionamiento del cerebro, siquiera de forma aproximada.
Este es el planteamiento inicial. ¿Estaré ante el típico libro de "divagación científica" y filosófica entretenido, pero sin sentido o conclusión final? se preguntó el inocente de G de Galleta. NO. El coleguita Penrose, hace un análisis profundo, interesante y potente de la matemática, informática ("teórica" si es que existe el término), y neurología actual y apoya su opinión en fuertes argumentos basados en HECHOS conocidos y aceptados. Su opinión es que no se puede desarrollar una máquina con cierta conciencia, por el sencillo motivo de que nuestro cerebro debe trabajar de una forma no algorítmica para ser tal y como es. Para deducir esto, no duda en entrar de lleno en neurociencia, y (ATENCIÓN) introducir la mecánica cuántica para indagar de qué forma puede afectar al funcionamiento cerebral. La conclusión es que, salvo que se desarrollasen ordenadores que funcionasen de forma no algorítmica (quizá los futuros ordenadores cuánticos podrían actuar de esta manera) no podremos aproximarnos de forma efectiva a una consciencia artificial.
Desde luego, es uno de los libros de "divulgación" más interesantes que me he leído (justo después de que acabase G, lo pillé con bastantes ganas) pero hay que estar preparados. Penrose no es magnánimo con aquellos no familiarizados con la física y la matemática, y aunque es cierto que las fórmulas se pueden obviar sin perder el hilo fundamental del libro, los argumentos y razonamientos que utiliza, son propios de estas dos ciencias. De esta forma, alguien que no sepa mucho de esto, necesitará buenas dosis de paciencia y mucha voluntad para acabarse el libro habiéndolo entendido. Como muestra de lo que acabo de decir, existe una sección en la que relaciona la posible relación de la cuántica y la gravitación (si amigos, este tío es la hostia) con el funcionamiento cerebral. Para ello, introduce ideas (que no fórmulas, cosa que agradecemos señor Penrose) de geometría diferencial, y juguetea con el concepto del gravitón. No explico bien a qué se refiere, porque ni G ni yo lo hemos entendido del todo.
En cualquier caso, es un libro interesante y muy bueno, que encantará a quienes tengan cierta soltura con las mates (y cierto interés en este tema de la IA) y a quienes no teniéndola, tengan moral suficiente para insistir en la lectura del mismo.
Hasta la próxima entrega de este blog, que versará sobre los descubrimientos de G acerca del Feng Shui y todo el negocio que se han montado por aquí, por Occidente. Saludos y galletas!!
1 comentario:
Mmmm, suena de puta madre, me lo tendré que leer. Lo tengo descargado en .pdf pero si me lo dejas en formato analógico te lo agradeceré un montón.
¿Y cómo es eso de que eres el segundo físico del equipo de Bio? ¡Que yo sepa Billy Elliot soy yo!
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