Alguien escribió una vez una historia de una rebelión, y la llamó V de Vendetta. Pensando sobre ello, otro alguien se dió cuenta que podría haber sido H de Historia, C de Cuento, A de Aventura ... o también G de Galleta. Fué justo en ese momento cuando nació mi alter ego: G de Galleta.
Enseguida adquirió vida propia, y casi más importancia que yo mismo. De hecho ya tiene blog, y yo aún no me he decidido a hacerme uno. Quizá es porque la vida de G de Galleta es más interesante que la mia. Tan interesante como yo quiera. Es lo bueno de los alter ego: pueden decir lo que uno no se atreve a decir, y hacer lo que uno no puede hacer. Aunque primero debe aprender el mundo que le ha tocado vivir, cosa un tanto fea (lo de este mundo, no lo de vivir).
Así que, lo primero que hice, después de engendrarlo, es llevarmelo al Viñarock 2008. Le cogió gusto el jodío, aunque me temo que le tocará pasar por tragos más amargos en su nueva vida (¡como a todo quisqui!). En cualquier caso, como el tipo puede viajar por donde quiera, de forma instantánea (tranqui, Einstein, que mi imaginación no sigue la ley de la relatividad), supongo que comentará de primera mano lo que ha vivido en los lugares del mundo en los que esté cada semana. Aunque ahora que empiezan exámenes, y voy a estar muy ocupado, igual decide quedarse a hacerme compañía alguna semana, y no tendrá nada que contar... ¡pero bueno, los inicios no son nada fáciles!
Nos veremos por aquí...
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