Pues me puse a pensar, porque hace tiempo que abracé definitivamente el open source, y reconozco que ese día fue un gran día. Es verdad que Linux, por mucho Ubuntu que sea, puede dar problemas. Cosas tontas, como ese programa que no va todo lo bien que debería, o fallitos tontos que tardas mucho en solucionar porque no sabes por donde empezar. Pero otra cosa es cierta: en Internet está la solución a todos tus problemas. Sólo hay que saber por dónde buscar, y eso se aprende en seguida. Lo que uno consigue a cambio, es esa gran sensación de que puede hacer con su ordenador lo que mejor le parezca y como mejor sepa; configurarlo de forma automática y sencilla o ponerse a trastear para que todo esté perfecto. ¿Que decidimos hacer pinitos en el mundo del diseño gráfico? En menos de un minuto, encontramos varios programas gratuitos con sus tutoriales, que son tan potentes como podría serlo Photoshop. ¿Que queremos un programa para hacer gráficas? Nos descargamos Qplot.
Pero el vídeo habla de empresas. Aprender a usar un nuevo software no es sencillo. Y lo que es peor, si no tiene servicio de asistencia técnica y da problemas, todo son pérdidas de tiempo y dinero. Pero esta es la trampa del vídeo, algo que se da por hecho, de forma que pasa desapercibido: ¿no hay servicio técnico en programas open source? FALSO. Lo que ocurre es que el modelo de negocio es distinto. Ciertamente, habrá muchísimos programas que hacen informáticos, programadores y demás calaña que poblamos la red (yo no hago programas aún, pero todo se andará) que no disponen de asistencia más allá de la que pueda aportar la comunidad de usuarios que se forma alrededor de esos programas (en algunos casos, superan en capacidad de solucionar problemas a las mayores empresas de software). Pero que algunos (o muchos) productos determinados no tengan nadie detrás no significa que ninguno lo tenga.
QPlot para hacer gráficas y análisis de datos |
Por ejemplo, RedHat lleva años vendiendo su distribución de Linux (distribución que se puede conseguir gratis, así como muchas otras versiones) con éxito, principalmente porque ofertan servicios para empresas (mantenimiento, consultas, servicio técnico...) mediante los que se financian, ya que ése es precisamente su negocio. Ubuntu, el sistema que pega fuerte entre los novatos de Linux (ahí estoy yo) es una empresa que proporciona soporte técnico a otras empresas. El problema es que aún no hemos cambiado la mentalidad. El negocio ya no debería estar en el producto en sí, como puede ser el programa, sino en los servicios añadidos. Ése es el punto fuerte del software libre: los usuarios no gastan dinero y los empresarios lo ahorran. Pero claro, como es lógico, las empresas del sector no se van a dejar comer terreno fácilmente. Además, entiendo perfectamente que exista gente que no quiera complicaciones a la hora de usar su ordenador. Gente que no está interesada en saber cómo funciona el cacharro y que lo quiere para twittear, leer blogs y ver películas sin complicarse. Lo entiendo, lo respeto y les doy un consejo: que se compren un Apple.
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